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EFICIENCIA ENERGÉTICA


La sociedad avanza a ritmos insostenibles. Cada día aumenta la producción de todo tipo de productos que también consumimos a velocidad de vértigo. Por otra parte, y aunque estemos más o menos acostumbrados a reciclar, ahora es el momento de aprender otra forma de contribuir a la sostenibilidad del planeta: la eficiencia energética.

No somos plenamente conscientes de cuánta energía desperdiciamos diariamente ni de la procedencia de esta energía. Sin embargo, sí tenemos conciencia de lo importante que es reducir nuestro consumo, en general, y de lo mucho que contaminamos los seres humanos.

¿QUÉ ES LA EFICIENCIA ENERGÉTICA?

Definimos eficiencia energética como la capacidad de un uso, equipo, instalación o proceso para realizar su función con el menor consumo energético posible, y por tanto produciendo un ahorro energético.

La eficiencia energética es, por tanto, una práctica que tiene como objetivo reducir el consumo de energía. Con un uso eficiente de la energía se pueden optimizar los procesos productivos y el empleo de la energía, utilizando el mismo o menos para producir más bienes y servicios de igual calidad. No se trata de ahorrar luz, sino de iluminar mejor consumiendo menos electricidad, por ejemplo.

La eficiencia energética busca proteger el medio ambiente mediante la reducción de la intensidad energética y habituando al usuario a consumir lo necesario y suficiente. Las emisiones de CO₂ que enviamos a la atmósfera son cada vez mayores y, por este motivo, la eficiencia energética se ha convertido en una forma de cuidar el planeta. No solo resta usar electrodomésticos que consumen menos energía, sino en que seamos nosotros los que consumimos menos, y de forma más «verde».

LA APUESTA POR LA EFICIENCIA ENERGÉTICA

La eficiencia energética aún es una elección. Actualmente no todos los productos que usamos son eficientes, y eso es porque la alternativa eficiente siempre es algo más cara que la que no lo es.

Podríamos decir que la eficiencia energética es, de momento, un tema de conciencia medioambiental. Hay que tener en cuenta, pero que un producto eficiente favorece directamente a los bolsillos de los consumidores, ya que la eficiencia energética va ligada con el ahorro de electricidad, gas y otros consumos.

Adoptando hábitos de consumo optimizados y aprendiendo a gestionar la energía de los espacios que ocupamos a diario contribuiremos a cuidar nuestro entorno mientras ahorramos en el consumo de hogares, edificios y equipamientos.


Los materiales aislantes, la solución energética más eficiente


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